Tiempos difíciles
Nada en esta imagen es lo que parece. Una viga de acero reposa de forma imposible sobre un delicado reloj de arena, desafiando la lógica del peso y la gravedad. La arena, en lugar de caer como se espera, se adhiere de forma antinatural a la viga, creando una ilusión que contradice la realidad. Debajo, un suave cojín parece soportar el peso de esta paradójica estructura, perturbando aún más nuestra percepción del equilibrio y la estabilidad.
Esta pieza es un engaño visual, una manipulación intencional de las expectativas. Obliga al espectador a cuestionar lo que ve, al igual que la desinformación y las noticias falsas distorsionan nuestra comprensión del mundo. Asumimos ciertas verdades basándonos en la lógica y la experiencia: el acero aplasta el vidrio, la arena fluye hacia abajo, la presión colapsa estructuras frágiles. Sin embargo, en este caso, ninguna de esas suposiciones se cumple.
El miedo prospera gracias a la incertidumbre y Tiempos difíciles encarna esa inquietud. Cuando nos enfrentamos a algo que contradice nuestra comprensión, aceptamos la ilusión o buscamos desesperadamente una explicación. El uso de limaduras de hierro y un imán refuerza esta idea, demostrando cómo fuerzas invisibles —como las narrativas de los medios— pueden moldear nuestra percepción sin que nos demos cuenta.
En una época en la que la desinformación dicta las narrativas, Tiempos difíciles pregunta: ¿Qué pasa cuando ya no podemos confiar en nuestros propios ojos?